Alberto Sileoni y unos pocos colaboradores estaban en el primer piso del Palacio Pizzurno. Más de 150 estudiantes de Ciencias Sociales de la UBA habÃÂan entrado por la fuerza para tomar el edificio, y aguardaban una respuesta en la planta baja. El resto de los empleados (trabajan más de 1.000) habÃÂa sido desalojado por la PolicÃÂa. Algunos, temerosos, huyeron por las ventanas. Pasaron diez horas de negociaciones y tensión, hasta que llegaron a un acuerdo. Fue un dÃÂa sin precedentes, en el que el ministro de Educación levantó toda su agenda y por pedido de la presidenta, Cristina Kirchner, se quedó en su despacho.
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