Salavina. TenÃÂa una manera de decirlo, don Sixto, que hacÃÂa que ese nombre sonara especial. AllÃÂ, en el sur de Santiago del Estero, pegadito a Atamisqui, habÃÂa nacido, el 28 de marzo de 1915, en una casa del paraje de Barrancas. "Una población mÃÂnima, ranchos. Monte". AsàdescribÃÂa su lugar. El primero en el que vivió. Zona de músicos. Desde su abuelo, el Tata MartÃÂn, guitarrero, que llegó a los 120, hasta sus hermanos, que tocaban el violÃÂn y la guitarra. Padre no habÃÂa. Y la escuela llegaba a tercero. Tampoco habÃÂa más. Y en esa tierra que destilaba melodÃÂas, un mandato que Sixto no respetó. "No te voy a permitir que aprendas a tocar música. Mañana serás un borracho".
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