El cura Julio Grassi, quien se encuentra en la etapa final del juicio por supuesto abuso y corrupción de menores, sufrió hoy un duro reves. La propia La Iglesia Católica salió a respaldar las denuncias sobre las irregularidades ocurridas en uno de sus hogares, San Jose Obrero, del barrio porteño de Chacarita, cuyos menores estaban al cuidado de la "Fundación Felices Los Niños".
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